El emblemático palomar de la Jarrina, situado en el corazón del Parque Natural Arribes del Duero, en Fermoselle, ha sido recientemente restaurado dentro de un plan que promete acometer el arreglo de más construcciones
Este proyecto, liderado por el Ayuntamiento de Fermoselle y financiado a través de fondos europeos para la conservación de la biodiversidad, busca también preservar el patrimonio cultural de la zona.
El palomar, que data de finales del siglo XIX, se encontraba en estado de abandono, pero su restauración ha recuperado su estructura original con materiales tradicionales como ladrillo macizo, piedra y madera. Además, se han acondicionado nichos específicos para fomentar la nidificación de aves como palomas bravías, cuya presencia es crucial en la dieta del águila perdicera.






La iniciativa forma parte de un plan integral de conservación que incluye la rehabilitación de varios palomares históricos en el municipio (se estima que en Fermoselle hay 40 construcciones de ese tipo), destacando su doble valor: como refugios para especies protegidas y como símbolos del rico legado rural de Fermoselle. El águila perdicera, cuya población en la zona es escasa, podría beneficiarse enormemente de esta estrategia, que mejora la disponibilidad de alimento y la tranquilidad de sus hábitats.
Se prevé también la construcción de un mirador en una zona cercana a este paraje.
