La villa de Fermoselle tiene mucho que ver. Hace un tiempo, os contábamos que 8 lugares son imprescindibles para visitar en este rincón zamorano. Pues bien, ahora nos centramos en lo que esconde el subsuelo. Centenares de bodegas excavadas en la roca donde se ha elaborado y conservado el vino que tanta fama tiene en toda Zamora, Castilla y León y este de Portugal.

El origen de las bodegas de Fermoselle

Aunque hay documentos del siglo XIII, se estima que la mayoría de bodegas se construyeron en los siglos XVIII y XIX. Los fermosellanos, aprovechaban las noches para «bajar a la bodega«. Armados con un candil para iluminar la zona de trabajo, iban picando laboriosamente, ganando así terreno al duro suelo granítico de la zona. Para consolidar determinadas zonas se labraban piedras y se apilaban formando arcos de medio punto sin ningún tipo de argamasa. Cada vivienda tenía adosada una bodega y, muchas de ellas, estaban comunicadas entre sí. Leemos en la web del Hostal Arribes del Duero que, si bien ahora las bodegas tiene la función de elaborar y conservar el vino, puede ser que, en sus orígenes, tuviesen un carácter defensivo.

Bodegas de Fermoselle: Horarios y precios de las visitas guiadas

Puedes reservar online en la central de reservas Terraduero. Los recorridos tienen una hora y media de duración y un precio de 3 euros.

• Lunes, miércoles y viernes a las 12 horas
• Sábados y domingos a las 11:30 y 18 horas

Y tú, ¿Ya has visitado las bodegas de Fermoselle?