Ya nos avisó Jesús Aguilar hace unos días que tras un agosto bien caluroso, la cosa estaba a punto de cambiar, ¿Y cómo lo supo?
Pues porque tanto al atardecer como al amanecer, había relumbrera. ¿Y qué es esto? Pues porque el sol sale y se pone como «guiñando» entre las nubes y, en el lado opuesto, brilla sobre las paredes. Sabiduría popular qué ya nuestros abuelos aplicaban…


