Y «poco a poco va hilando la vieja el copo» dice el refrán y dice bien, que se nos va marchando marzo, y el 19 San José.
Allá por los cuarenta, cincuenta y los sesenta bien avanzaos, me atrevo a decir que MUCHA FIESTA era, tanto en lo tocante al asunto religioso, como por ser el santo de los Joseses, nombre muy común en todos los pueblos de Sayago; bien solo, bien acompañao de otro nombre, rara era la casa en que no hubiera algún José.
La costumbre de la noche de antes de San José

La noche de antes, había costumbre entre la «mocedá» de ponerle un ramo en la punta del «caballino» del tejao a los amigos que José se llamaran. Podía ser de alguna escoba que ya estuviera algo florida, lo mismo de espinero que ya verdegara alguito, pero lo mas común es que fuera de laurel, que bien frondoso estaba ya en estas fechas, a las puertas de la primavera.
Se adornaba con cintas de colorines, nada fáciles de conseguir, por cierto; así que también podían ser de papel de período, «dao caso» que de color no se hubieran encontrao.Y allí estaban algunos días, hasta que el aire las «esvolarciara» y solo quedara el ramo amparao por cuatro piedras lanchadas.
El convite para los amigos

Por su parte los Joseses, igual que habían hecho los Manueles el primero de año, tenían que convidar a los amigos. El convite mas corriente era una jarra de vino, después de misa, en la taberna y unos «cacagueses» o unas rosquillas (generalmente algo revenidas).
Siempre había alguno «alguito mas rumboso» y además del convite normal, llevaba a los mas amigos hasta su casa y le sacaba unos dulces y una copita de coñá o de ojén, según sus preferencias.
El ojén era un anís fabricado en el malagueño pueblo de Ojén, del cual recibe su nombre. Era extremadamente dulce y muy apreciado en los años cuarenta.
Un día (normalmente) sin baile
El día San José, por estar en Cuaresma, no había baile y eso «a no querer» le restaba importancia a la fiesta. Así que por la tarde se jugaba a la pelota y se estaba uno pallí pa la plaza con los amigos… pero hasta poco tarde, que por la mañana «templano» había que ir a «enferrenar» y si estaba pa ello atar la pareja y a «relvar«, preparar el cortino de las patatas, echarle el «istierco» y otras geras que fueran saliendo.
OTRA FIESTA DE MARZO, LAS «MARCIAS»
A primeros de marzo había otra fiesta muy afamada, eran Las Marcias. En los años 40, Las Marcias tuvieron un gran apogeo. Los mozos iban casa por casa cantando algunas canciones referentes a la pronta llegada de la primavera:
Hoy sale febrero mañana entra marzo sea con buen tiempo sea con buen año. Marzo florido, seas bienvenido.
La gente le daba «un algo» de la matanza y preparaban un guisao con patatas en alguna taberna.
También hubo años, en Las Marcias, de echar alguna comedia, que se había ensayao durante el invierno, con su correspondiente sainete, incluso en el descanso recitar alguna «loga» que consistía en unos versos, con rima y métrica de relativa fortuna y un tanto jocosos, sobre cualquier percance que a alguno del pueblo le hubiera sucedido.
Y colorín colorado… hasta aquí hemos llegado con el mes de marzo, que empecé en broma y menuda CHAPA os he colocao. Procuraré para la próxima no ser tan cargante. SALÚ A TODOS Y TODAS de parte de José Vicente de Villamor de la Ladre